Había una vez una chica llamada Guadalupe a quien le dicen Lupe. Ella tiene el pelo: rubio, lacio y largo también tiene dos rodetes en el pelo. Todos en el vecindario dicen que: es muy linda y divertida, a veces medio revoltosa pero nunca molesta a nadie, es inteligente y a veces un poquito tímida. un día mientras se estaba peinando sonó el teléfono, cuando atendió preguntó -¿Quién es? -Soy yo tu amiga Joaquina, te invito a una fiesta de disfraces , trae el mas lindo que tengas- bueno voy a llevar el disfraz de caperucita roja con una canastita que adentro va a llevar pastelitos de chocolate y crema para compartir.- dale y si podes lleva algo más para convidar. Al cortar Lupe rápidamente se puso el disfraz y la canastita y fue a la heladera de ahí saco los pastelitos una bolsa con chisitos, palitos, papas fritas y coca cola.
La mamá le preguntó -¿Qué haces con todo eso? Lupe le contestó –ah casi me olvido, me voy a lo de Joaquina. –bueno espera que te doy la dirección. Cuando se la dio, Lupe se fue. La mamá sin querer le escribió la dirección equivocada y Guada no lo sabía. Entonces se fue a una casa, embrujada. Escuchó truenos y relámpagos, pero no le importo. Cuando entró vio a una bruja de verdad pero como estaba quieta pensó que era de decoración y siguió su camino. Pasó por vampiros, fantasmas, piratas malos y esqueletos. Se asustó por todos ellos pero siempre les hacía una trampita, ellos se enojaron y la persiguieron a escondidas. En un momento Guada los vio a todos y les preguntó -¿para qué les sirve asustar gente?
Y dijeron -no se –entonces para qué lo hacen? –tampoco lo sé. Bueno ahora que saben que asustan para nada ¿me ayudan a encontrar la salida? –si obvio y se fueron.
Guada la llamó a Joaqui para que la venga a buscar y después se fueron a la fiesta y se divirtieron mucho. Cuando volvió, Guada le contó la historia a su mamá (que no le creyó nada) y se fue muy cansada a dormir.
Fin